Cuando estableces contacto con tu Luz interior es
cuando aparece la magia. Oleadas de Luz y energía
llenan tu mente, tu cuerpo y tu alma. Esto es la felicidad,
la satisfacción completa; y, también incluye todos los
sentimientos positivos y alegres que hayas
experimentado alguna vez. Siempre que has sentido una
felicidad duradera—palabra clave aquí—es porque has
hecho contacto con esta dimensión interna de la
Divinidad.
Cuando todo parece
ir bien en tu vida, estás conectado. Cuando las cosas
van mal, el espacio te separa de esta Fuente Divina. La vida es tan simple como eso.
Pero he aquí el problema al que la mayoría de las personas se enfrentan. Ellos buscan su felicidad en el
mundo exterior, lo cual las coloca en una actitud
receptiva y, en consecuencia, se desconectan del Reino
oculto del 99 por ciento, es decir, de la Fuente.
La realidad verdadera existe en el interior de tu mente,
tu conciencia, tu alma. El mundo exterior es meramente
un reflejo, un sueño representado en un espejo, una
imagen ilusoria de tu estado interior de conciencia y de
tu ser. El mundo exterior te aporta exactamente el
mismo grado de Luz al que tú te has conectado
internamente. Así, cuanto más ignores la Luz en tu
interior y más busques la felicidad en las influencias
externas, (aun cuando él (ella) sea guapísimo y tenga un título
de doctorado) más vacía y frustrante se volverá tu vida porque sigues poniendo tu enfoque en el exterior.
"Llena tu vida de luz y tus relaciones también estarán llenas de luz, serás como un imán que atrae la misma claridad, el mismo amor a su vida." Miriam Guevara.
Yehuda Berg.
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“Yo honro el lugar dentro de ti donde el Universo entero reside. Yo honro el lugar dentro de ti de amor y luz, de verdad, y paz. Yo honro el lugar dentro de ti donde cuando tú estás en ese punto tuyo, y yo estoy en ese punto mío, somos sólo Uno: Namaste"